Vídeo: El 22 de mayo de 1924 nace en París Charles Aznavour, uno de los grandes mitos europeos del siglo XX

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Fuente: Wikipedia

Charles Aznavour (París, 22 de mayo de 1924-Mouriès, 1 de octubre de 2018), cuyo nombre de nacimiento era Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdasarian (Շահնուր Վաղինակ Ազնավուրյան Բաղդասարյան), fue un cantante, compositor, actor, director, diplomático y poeta francés de origen armenio, llamado universalmente como El Embajador de la Chanson.

Activo hasta los 94 años, era considerado uno de los cantantes franceses más populares y de carrera más extensa en la historia de la música universal. A menudo descrito como el Frank Sinatra francés, fue elegido por los lectores de la revista estadounidense Time, en una encuesta en línea, Artista del siglo xx, aventajando a Elvis Presley y Bob Dylan con el 18% de los votos.

A lo largo de su carrera, Charles Aznavour grabará en francés, inglés, alemán, español e italiano. Algunos de sus álbumes se han convertido en éxitos de ventas como 20 chansons d’or y 40 chansons d’or. Entre los clásicos de su repertorio, «Yesterday, when I was young», «La Bohème», «La Mamma», «Venecia Sin Tí», «She». Sus canciones han sido cantadas y grabadas por muchos artistas, con la mayoría de los cuales ha cantado y hecho álbumes, entre ellos : Liza Minnelli, Johnny Mathis, Frank Sinatra, Barbra Streisand, Sting, Bob Dylan, Sammy Davis Junior, Édith Piaf, Nana Mouskouri, Céline Dion, Elton John, Julio Iglesias, Dalida, Mireille Mathieu, Raphael, Plácido Domingo, Paul Anka, Compay Segundo, Dean Martin, Ray Charles, Nina Simone, Shirley Bassey, Luis Miguel. Fue sampleado por Marco Polo o incluso Dr. Dre en sus dos temas «Firm Fiasco» y «What’s The Difference» feat. Eminem y Xzibit.​

Habiendo ganado el Premio a la mejor música country en Nashville en 1969 con «Yesterday, When I was Young» gracias a su colaboración con Roy Clark (9.º en las listas), es uno de los raros compositores franceses cuya al menos una canción se ha convertido en un éxito en los EE. UU. a través de una adaptación americana, y esto, al principio de la posguerra. Estará nominado dos veces a los Premios Grammy en la década de 1960. También será incluido en el Songwriters Hall Fame en 1996 y obtendrá la estrella n.° 2618 del Paseo de la Fama de Hollywood en Los Ángeles en 2017, en la categoría Live Performance. Hasta la fecha, es uno de los raros artistas franceses en poseer una certificación de la Recording Industry Association of America (Estados Unidos).

Aznavour cantó para jefes de Estado, Papas de la Iglesia Católica, monarcas europeos, así como en eventos humanitarios. En respuesta al terremoto de Spitak de 1988, fundó la organización caritativa Aznavour para Armenia con su amigo de toda la vida, el empresario Levon Sayan. En 2009 fue nombrado embajador de Armenia en Suiza, permaneció como delegado de las Naciones Unidas en Ginebra.

Su último concierto se realizó en la plaza NHK Hall en Osaka, Japón, el 19 de septiembre de 2018. Murió el 1 de octubre de 2018, producto de paro cardiorrespiratorio.

Dejamos aquí un artículo publicado en el diario «Lanza» del 9 de enero de 1966, donde un Charles Aznavour visiblemente irritado afirmaba «No Soy Un Cantante De Feria»

Charles Aznavour Se negó a cantar al aire libre en un acto en el que le fue entregado el «Disco de Oro».

Fuente: Diario «Lanza» (09-01-1966)

Cuando todo estaba prepara­do, cuando numerosas persona­lidades esperaban en el escena­rio y millares de espectadores se apiñaban en el madrileño Paseo del Prado, mitad tiritan­do de frío – el termómetro mar­caba los seis grados— mitad ti­ritando de emoción, Charles Aznavour, el más grande de los autores e intérpretes de la mú­sica moderna, se negaba a can­tar en aquella “barraca”, mien­tras que gritaba:

-Yo no soy un cantante de feria. Yo no cantaré al aire li­bre…

Señor Aznavour, que hay siete personalidades piénselo us­ted – le suplicaban los organi­zadores.                             –

—Yo no puedo hacer conce­siones. No debo. Yo creí que es­to era otra cosa. No puedo can­tar. “La Mama” no se puede interpretar con abrigo temblan­do de frio. Es una canción para cantarla en la intimidad.

Todos los que nos encontrá­bamos en el Paseo del Prado comprendíamos el gesto malhu­morado de Charles Aznavour. El lugar, una especie de barraca de feria con un “Belén”, no era precisamente el lugar más apro­piado para un acto como el de la entrega de los “Discos de Oro”, el máximo galardón que la Dirección General de Radio­difusión otorga a los autores de las canciones más populares del año. La ecuanimidad de su con­cesión le ha dado prestigio des­de su creación. Autores e in­térpretes famosos del mundo entero se precian de poseerlo. Por ello es incomprensible como los organizadores decidieron ce­lebrar este acto, que hubiera merecido toda una gala, en un lugar donde primero no reunía las condiciones mínimas de au­dición ya que se trataba de un escenario al aire libre y en pleno no mes de enero; segundo, el público no era precisamente el más  apropiado, ya que el lugar donde se había levantado el es­cenario donde a lo largo de to­da la Navidad ha figurado un Nacimiento monumental, es fre­cuentado. especialmente por ni­ños y niñeras y que en esta tar­de y momentos antes de la Ca­balgata de los Reyes Magos, se encontraba abarrotado de un público infantil. A estos dos mo­tivos, de por sí ya suficientes para que un gran cantante de fama mundial como Charles Aznavour se negara a cantar había que añadir el de la tem­peratura, y el del ruido infer­nal de la circulación —a la de­recha del escenario , tranvías, a la izquierda, la riada del Paseo del Prado-.

Pero a pesar de todo ello la sangre no llegó al río y el inci­dente no pasó de entre bastido­res. Aznavour, hombre respon­sable y al fin y al cabo agra­decido, no podía hacer el de­saire —a punto estuvo— de ne­garse a subir a recoger el pre­mio. Y por encima de su mal hu­mor, cuando fue llamado, subió, al escenario, entre un gri­terío infernal y recibió, –muy emocionado diría yo-, su premio, su “Disco de Oro” por la famosa“Mama”, eso si; no se quitó ni su abrigo ni la bufanda.

La Garganta Es Su Vida

—Yo vivo de mi garganta. Si usted supiera cómo me la cui­do. Soy muy sensible a los. en­friamientos. No crea usted que me he negado a cantar por ca­pricho, ni porque el escenario fuera feo, ni el público selecto. Mi público está entre pobres y ricos, entre grandes y pequeños. Me he negado porque hubiera sido un fracaso rotundo. El  aire libre no le va a mis canciones y menos que a ninguna a “La Mama”. Además, esta canción está vieja, está oida. Ahora resulta que el disco que me han entregado corresponde al premio del año sesenta y cuatro, que fue la época de esplendor de esta canción…

—¿Ha venido expresamente a recoger este premio?

—No. No hubiera podido. Lo que ocurre, es que ha coincidido con una estancia mía en Ma­drid para acabar un programa para televisión. Mis compromi­sos no me hubieran permitido, casi nunca me lo permiten, des­plazarme para recibir un pre­mio.

Antes de despedirme, Charles Aznavour puntualiza, posible­mente para que quede bien sentado las causas. de su negativa.

—»Hasta ahora he rechazado contratos de millones de pesetas para el aire libre. Comprenda usted que lo de hoy no ha sido un capricho».

Y como nuestros cantantes no son menos que Charles Aznavour, al menos los de categoría, y al referirme a estos cito a Carmen Sevilla, que con motivo de la entrega de los «Discos de Oro», hacía la primera aparición en público después de su enfermedad, ella también tuvo su gesto. No se negó como el autor francés a cantar. Al fin y al cabo, mujer. Pero su canción, «Gracias», la interpretó en play-back, que es algo así como no cantar…

Todo un éxito…popular

 

 

 

 

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